“Violencia por indefensión”
La violencia parece cobra importancia en nuestros Gobiernos como medida de defensa y protección. Hoy se práctica y se justifica la violencia. La perspectiva creada a partir del antiquísimo ojo por ojo deja ver una nueva visión de nuestra realidad social. La obsesión por una sociedad de bienestar se implanta a base de restricciones y medidas cada vez más fuertes y violentas.
Ya no nos suena raro hablar de guerras preventivas o códigos multicolor para tomar el control de una situación insostenible que rompe con los esquemas del sistema perfecto. Creamos ídolos con pies de barro que se deshacen con la más mínima crisis. Olvidamos el binomio humanizador del ser y el tener para buscar el por qué y el para qué. Trabajamos en sueños por un mundo distinto pero en la práctica nos despreocupamos y espaldarazo al canto, que el individualismo premia...
La solución no es fácil pero el camino hoy elegido nos vaticina un final turbio. El temor nos hace reaccionar y a la vez nos colapsa. Jugamos con el temor para mover ideas, coaccionar o cerrar las miras de la gran masa. Se imponen ideas por temor, justificamos regímenes por temor y la expresión práctica de este temor se transforma inevitablemente en violencia, violencia que mata, destruye y según vemos, dinamiza.
La violencia parece cobra importancia en nuestros Gobiernos como medida de defensa y protección. Hoy se práctica y se justifica la violencia. La perspectiva creada a partir del antiquísimo ojo por ojo deja ver una nueva visión de nuestra realidad social. La obsesión por una sociedad de bienestar se implanta a base de restricciones y medidas cada vez más fuertes y violentas.
Ya no nos suena raro hablar de guerras preventivas o códigos multicolor para tomar el control de una situación insostenible que rompe con los esquemas del sistema perfecto. Creamos ídolos con pies de barro que se deshacen con la más mínima crisis. Olvidamos el binomio humanizador del ser y el tener para buscar el por qué y el para qué. Trabajamos en sueños por un mundo distinto pero en la práctica nos despreocupamos y espaldarazo al canto, que el individualismo premia...
La solución no es fácil pero el camino hoy elegido nos vaticina un final turbio. El temor nos hace reaccionar y a la vez nos colapsa. Jugamos con el temor para mover ideas, coaccionar o cerrar las miras de la gran masa. Se imponen ideas por temor, justificamos regímenes por temor y la expresión práctica de este temor se transforma inevitablemente en violencia, violencia que mata, destruye y según vemos, dinamiza.
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