La Conjura De Los Necios



“Hoy por hoy al empresario le aterroriza una empleada embarazada ”

Blanca Retolaza retrata así la problemática femenina, en la sociedad española actual. En este contexto, el paquete de medidas del nuevo plan Concilia del gobierno, suponen la normativa más completa aprobada nunca en España en esta materia.

En la experiencia vital de hombres y mujeres hay dos ámbitos fundamentales. Uno sería el que abarca el conjunto de las relaciones afectivas o de pareja y, como consecuencia de ello, la formación de una familia y la maternidad. Tradicionalmente este es el campo que se ha asignado a las mujeres. Sin embargo, el masivo ingreso de éstas en el mercado laboral, ha abierto la puerta a otro campo de desarrollo, la vida laboral. En consecuencia se plantea una nueva problemática social: la conciliación de la vida personal y laboral. Y dado que la asignación tradicional de los roles familiares a la mujer permanece aún muy arraigada y que no se han elaborado políticas gubernamentales o empresariales efectivas en este terreno, la conciliación se convierte en la asignatura pendiente del siglo XXI.

La división sexual del trabajo es uno de los muchos obstáculos que nuestra sociedad presenta para alcanzar la cohabitación positiva del trabajo y la familia. Y puesto que las mujeres dedican el doble de tiempo al cuidado de los hijos y al trabajo doméstico que sus cónyuges, el problema se centra en ellas.
Los clásicos equilibrios familiares en los que el hombre era el proveedor de recursos y la mujer la responsable del trabajo no remunerado se han quebrado.
Por la misma razón el 29% de las mujeres se han sentido discriminadas alguna vez en una entrevista de trabajo por su situación personal. Ana Matos, recepcionista con enormes problemas para acercar su vida personal y laboral, asegura que este sexismo persiste y añade que “la sociedad da por hecho que quién debe pedir permiso en el trabajo para llevar al niño al dentista es la mujer”.
De hecho las estadísticas del instituto de la mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales (MTAS), demuestran que las mujeres son las más preocupadas por la conciliación, 62% de las encuestadas la consideran muy complicada, frente al 37% de hombres que son de la misma opinión.
Tampoco debemos olvidar los nuevos modelos familiares y ante todo las familias monoparentales en las que el problema de la conciliación se agrava aún más.
Pero puede que la más preocupante de las consecuencias de este problema sea el descenso de la natalidad. Hoy en día las mujeres españolas tienen 1,1 hijos cada una y se teme que los problemas para compatibilizar trabajo y la familia produzca un descenso aún más preocupante de estas cifras. El instituto nacional de estadística ( INE) destaca que una de cada cuatro mujeres aseguran tener menos hijos de los que desearían por cuestiones laborales

El buscado equilibrio

En cuanto a las posibles soluciones al problema son muchos los matices a tener en cuenta. Y de entre ellos, la posición económica es un factor clave en las estratégicas familiares adoptadas para resolverlo.
En este sentido el MTAS destaca que en las familias en posiciones económicas más desfavorecidas, en las que el doble rol sexista tiene mayor incidencia, hay una utilización superior de los recursos internos de la familia, frecuentemente encarnados por las abuelas maternas.
En el caso de las familias en posiciones económicas más acomodadas hay tres datos destacables. Primero una elevada contratación de servicios de apoyo en el mercado, así como una menor asimetría de la división del trabajo. Así pues las medidas esgrimidas por las familias para conciliar sus vidas son dispares y desde luego no son suficientes ni eficaces, ya que como asegura Ana Matos “ las consecuencias de la mala conciliación muchas veces las pagan los hijos, en su educación y en su desarrollo personal”. Pero lo esencial para solucionar el problema de la conciliación de vida familiar y vida laboral es la participación en la búsqueda de soluciones del los estamentos gubernamentales y del conglomerado empresarial.
Ciertamente las compañías deberían plantearse la conciliación como algo positivo para el funcionamiento de la empresa. Carmen Gonzalo, Gerente de EKINBIDE, S.L., empresa de consultoría especializada en la implantación de medidas de conciliación en las empresas, corrobora la necesidad de mayores avances en la materia: “Las medidas deben dirigirse tanto a la prevención como a la intervención sobre el problema. Pero en ningún caso deben ser consideradas como individual dada su repercusión en la productividad de las empresas y, en consecuencia, en el desarrollo socio económico. Por ello, es importante que todas las partes implicadas asuman su corresponsabilidad en este asunto”. Numerosos estudios apuntan a los conflictos entre trabajo y vida como causa de mayor absentismo laboral, menor competitividad de la empresa, ausencia de fidelización del personal con mayor potencial, cuadros de estrés, insatisfacción laboral y menor compromiso y rendimiento con los objetivos de la empresa. Algunas empresas, como la ya citada Ekinbide, ponen en práctica técnicas de conciliación con magníficos resultados. Blanca Retolaza es una de sus trabajadoras. Ella confiesa formar parte de ese 38% de mujeres para las que conciliar familia y trabajo no es un problema y asevera que consigue conciliar “dada la política de conciliación de mi empresa, tengo horario flexible, sustitución de salario por días libres…
En su condición de mayor empresa del país, la Administración Pública no puede quedar al margen de este asunto. El plan Concilia, es una propuesta que consta de distintos métodos para la conciliación de los empleados de la Administración y que seguro se convertirá en un esplendido ejemplo para el sector empresarial español. Estas medidas nos acercan a nuestros vecinos puesto que un reciente estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo España está a la cola de la UE, tan sólo superada por Letonia, principalmente por la alta temporalidad y los extenuantes horarios de trabajo. “Las políticas de conciliación llevan años funcionando con éxito en otras regiones europeas”, afirma Carmen Gonzalo.
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